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viernes, 18 de junio de 2021

@ La Colmena No. 110


En palabras de Jorge Eduardo Robles Alvarez, Editor de la revista:

Christian Emmanuel Hernández Esquivel, de la UAEM, se inclina por el estudio del manga, un género a caballo entre la literatura y las artes visuales. De forma concienzuda, este artículo hace una revisión de la trayectoria de Osamu Tezuka, centrándose en los aspectos más relevantes de su estilo y propuesta estética para vislumbrar su influencia en posteriores trabajos de otros artistas. Además, Hernández Esquivel realiza importantes precisiones sobre la cultura japonesa de posguerra, la visión de la mujer y la niña, y la legislación al respecto de los comportamientos sexuales en el país oriental, lo cual nos permite entender el contexto y la naturaleza de las imágenes elaboradas por el famoso mangaka.
  

Saludos.

viernes, 9 de octubre de 2015

Javier Roldán @ La Colmena No. 87



Con gran sorpresa y agrado, descubrí que en el más reciente número de La Colmena aparecen publicados algunos poemas del escritor argentino Javier Roldán. Pocos argentinos (no avecindados en Toluca) han pasado por las páginas de la revista insignia de la UAEMex. Por eso, la sorpresa y el agrado.

De los textos de Javier Roldán que aparecen en La Colmena, rescato esta maravilla: un poema sobre el fútbol, sobre la paternidad, sobre la nostálgia al recordar la infancia:

BRASIL DECIME

el equipo de fútbol de argentina
llega a una final mundialista después de no sé cuánto tiempo
y mientras la gente grita y festeja y ríe y llora
afuera por las calles
solo en mi departamento pienso en Juan, mi papá
al que no veo hace dos años
pero con el que hablo cada tanto por teléfono
y tengo el impulso de llamarlo para decirle
«seguro estás contento»
y contarle que me estaba acordando mientras escuchaba los festejos
de cuando argentina ganó el mundial 86 y él me llevó
a saludar a la gente que viajaba en el tren diesel que pasaba cerca de casa
ahí en Merlo Gómez
y la gente asomada por las ventanillas gritaba reía lloraba
y llamarlo para escuchar que él me diga que recuerda
cuando veíamos el mundial del 78 en el comedor de ladrillos rojos mal revocados
esos ladrillos rojos que permitían ciertos trucos
como el de poner en el baño la pasta dentífrica en alguno de sus agujeritos
sin necesidad de botiquín ni nada
veíamos el mundial en esa la única casa que compartimos
veíamos el mundial en el televisor blanco y negro
y escuchar que recuerda que yo con tres años y medio
gritaba los goles sentado en sus rodillas
y aunque mi viejo al que siempre llamé Juan es fanático de Boca Juniors
y a mí el fútbol no me interesa
lo llamo mientras en la calle la gente grita llora ríe y canta
«¿qué se siente tener en casa a tu papá?»


Saludos.

miércoles, 22 de enero de 2014

"Áspid". Eduardo Osorio.


http://www.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena_80/Pliego_de_poesia/Pliego_80.pdf

En 1998, el poeta toluqueño Eduardo Osorio publicó su poemario "Áspid", en el número 19, julio-septiembre, de la revista La Colmena. Hasta ese momento, con apenas algunos meses de conocernos, desconocía por completo que el Maestro también escribía en verso. "Claro que sí", me dijo un tanto sarcástico, "publiqué Bromas para mi padre que, según mis cuates, es de lo mejor que tengo". En ese momento, no podía entender cómo "un libro de bromas" podía ser considerado "poesía". Neófito en el mundo de las letras, preferí guardar silencio. Sólo era un estudiante de Bachillerato que amaba escribir versillos cursis en sus libretas. Apenas, un par de meses atrás, me había matriculado en el Taller de narrativa del Centro Toluqueño de Escritores, a invitación explícita de Osorio, y lentamente, descubría la complejidad de aquello llamado, en verdad, "literatura".

Una tarde, después del Taller, el Maestro me compartió su poemario, mientras degustábamos bebidas calientes en el Café Biarritz:



Casi salto de terror al leer yuxtapuestas (en mi mente) las palabras "serpiente" y "falda". Me gustaban las faldas, sobre todo las de los uniformes de las niñas de secundaria. Odiaba a las serpientes. Les tenía pánico (aún a las no-venenosas). La idea de que una serpiente se deslizara furtiva por debajo de una falda me parecía, a la vez, terrible y delicioso. Tal reacción llamó la atención del Maestro Osorio que me dijo con una mueca parecida a una sonrisa: "¿qué le parece?, Maestro"

No supe qué contestar. Por primera vez, frente a un texto, omití expresar mi opinión (y desnudar mis fobias y mis filias, [que en el inconsciente, se funden, son lo mismo]), y me limité a balbucear para no parecer estúpido: "me parece muy bueno, Maestro", con una sonrisa defensiva.

Años después, recuerdo a ese niño taimado y tímido (que es protagonista de dos o tres de mis textos que han devenido en novelas), y en el espejo que da la adolescencia, me doy cuenta de que he cambiado demasiado, pero aún persiste, en mí, ese gusto íntimo por aquel conjunto de poemas.



"¡Oh! 'Niño' también puede ser adjetivo", pensaba el bachiller que aún no había leído Muerte sin fin de José Gorostiza. "'Saudade' debe ser algún tipo de serpiente", intuía. Ahora, sé que es una palabra portuguesa que hace referencia a la soledad nostálgica propia de la adolescencia.




Pensé en mi madre: compañera de oficina del Maestro Osorio, en aquellos años, en el CIEAP: Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población, de la UAEMex.



Y si Osorio fuera como esos poetas improvisados que ganan becas y publican libros insufribles con el dinero de nuestros impuestos, hubiera utilizado ese verso como inicio de varios de sus poemas. "La serpiente, no lo sabes, es tu sombra", lo leí en aquel entonces. De la misma manera, lo sigo leyendo hasta este día.



Y, de repente, justo cuando comenzaba a disfrutar de la musicalidad de cada verso, me hallé frente al primer híbrido literario que leería en mi vida:



¿Qué era eso? ¿Un cuento? ¿Un poema? ¿Una mezcla extraña de ambos? Me desconcerté por completo. La temática me era familiar: la historia de una niña que "deja de ser vírgen" por montar en bicicleta (al golpearse la zona genital con el asiento). Pero, ¿cómo era posible que un texto narrativo apareciera, de pronto, en un poemario? ¿Era correcto mezclar y confundir los géneros? De pronto, me daba cuenta que la obra del Maestro Osorio se convertía en algo sumamente experimental. (Y ese estilo me gustaba.)

Años después, cuando me tocó publicar (a mí) en La Colmena, lo hice con un texto (poético) que, hasta el día de hoy, algunos lectores creen que es "un cuento": "El viaje del Eros al Logos". Sin duda, al recordar mi primera lectura de "Áspid", ubico perfectamente, las influencias que el Maestro Osorio dejó en mí.

Celebro la re-edición de aquel poemario en el actual número 80, octubre-diciembre de 2013, de la revista La Colmena. Pero celebro, aún más, que la UAEMex halla logrado compartir (vía impresa, vía web) el trabajo poético de uno de mis Maestros más queridos.


Saludos.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

@ Índice de autores de "La Colmena"


http://www.uaemex.mx/plin/colmena/indice_general/Indice_La_Colmena_nums_1_79.pdf

Desde que era estudiante de la Facultad de Humanidades de la UAEMex, uno de mis sueños era poder publicar mis textos literarios en la revista La Colmena. Después de participar como ponente en diversos coloquios, congresos, foros y conferencias, dos de mis profesores (el Dr. Luis Quintana Tejera, y la Maestra América Luna Martínez), me alentaron a "mandar mis textos" a la revista de la universidad. Siempre me resistí. No solo consideraba que mis escritos eran faltos de calidad, sino incluso, me daba pena forzar a las personas que laboraban en dicha revista a que me leyeran.

Tal como anoté en la "Introducción" de mi trabajo de titulación de la Licenciatura en Letras Latinoamericanas, el ya célebre Ensayo sobre pedofilia, a lo largo de 1999 y 2000, me desempeñé como colaborador editorial del periódico "Cambio de Toluca", ahora "Alfa Diario", bajo la tutela de mi amigo Miguel Ángel Alvarado. En aquel tiempo, escribía una pequeña columna de opinión titulada "Diálogos con la U..." en la que trataba temas diversos más allá de las problemáticas que acontecían en nuestra universidad.

Mi trabajo publicado en "Cambio" me hizo exentar la materia de "Periodismo cultural" que con tanto gusto nos impartió la Maestra América Luna, pero, por el contrario, me distanció ideológicamente de mi profesor: el Dr. Quintana. Recuerdo que alguna vez me dijo, con el periódico "Cambio" en la mano, "usted es un escritor, Christián (siempre acentuando la 'a', debido a su acento uruguayo), no un periodista..., y mucho menos un político".

Rebelde, necio y soberbio, como era al experimentar mi tránsito adolescente, no hize caso a las palabras de uno de los profesores que más me marcó en aquella Facultad de Humanidades, y me polaricé, todavía más, hacia la izquierda (ideológica, más que política). Cuando me di cuenta del doble discurso que los gringos estaban comenzando a estructurar alrededor de la "pornografía infantil" y de la "pedofilia", decidí tomar como tema de investigación tal controversia. El resto de mi historia personal, y los avatares que nos llevaron a mí y al Dr. Quintana a revisar desde otra óptica la obra de Gabriel García Márquez, la cuento en diversas partes de mi Ensayo sobre pedofilia.

Cuando, en el 2010, regresé a la UAEMex para incorporarme como profesor de "Comunicación" en la Facultad de Ciencias de la Conducta, un par de compañeros maestros me alentaron a "volver a publicar" en la UAEMex. Como he escrito, fue una sorpresa encontrar "El viaje del eros al logos" publicado en la página virtual de La Colmena, justo cuando yo estaba en Japón investigando sobre el rorikon. Pero, hasta ese momento, no tenía necesidad de publicar en una revista literaria.

Después de que el Director de la Fa.Ci.Co. decidió retirarme de la plantilla de profesores, y frente a la indiferencia (¿impotencia?) de autoridades civiles, laborales y universitarias frente a mi caso, decidí protestar por escrito, no por el hecho de "perder mis clases", sino por el hecho de vivir en una sociedad (universitaria) tan enferma, llena de "colegas" vanidosos, pedantes y prepotentes, alineados (sino es que afiliados) con el poder. Así fue como escribí y publiqué "Rito de paso" (mi rito) y "Hija Televisa" (la hija que nunca tendré).

Decidí protestar mediante la lírica, y no mediante la prosa, debido a lo que descubrí en un par de lecturas que tuve en la Fa.Ci.Co. sobre "poesía y psicoanálisis", y al consecuente debate con mis amigas Laura García Nava y Karina Hernández Martínez, las dos "psicólogas" a las que he hecho referencia en este blog y en los "Agradecimientos" de mi Tesis de Maestría en Psicología.

El ego (¡maldito ego!) me llevó a aceptar la invitación del Maestro Juan Carlos Carmona Sandoval para retomar mi proceso como autor en el sistema editorial de la UAEMex, y fue, a raíz de ello, que redacté los pomposos "Haiku: tradición poética de Japón", "El haiku en el zen japonés" y "Animación japonesa y shintō".

Si, actualmente, tuviera las horas-clase necesarias para seguir participando en el PROED, estaría felíz: ya tendría tres publicaciones en una revista indexada (y con ello, los puntitos necesarios para seguir recibiendo dinero del Gobierno Federal). Todo ocurre por una razón, y quizá, de volver a obtener el PROED, seguiría acumulando mal karma, al recibir ese dinero sucio, ahora, más sucio que nunca.

Aprendí a agradecer. No tengo trabajo fijo, ni definitividad, ni la garantía de que la cúpula de la UAEMex respete mi ideología y mi posición política. (No hay nada "humano" en dejar impune la trasgresión de los derechos laborales de los trabajadores de una universidad que se jacta de fomentar el humanismo.) Me alejo de la FaciCo, pero me llevo las enseñanzas de todos mis profesores; de los académicos con los que me crucé, debatí y polemicé; y de los priístas que creen que "me castigan" al ejercer su violencia patética.

Gracias a todos. Y que la vida les multiplique lo que dan.


Saludos.

domingo, 25 de agosto de 2013

@ La Colmena No. 78


http://www.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena_78/Aguijon/4_Animacion_japonesa_shinto.pdf

Esta semana, descubrí que ya se encontraba en línea mi artículo, originalmente titulado "Animación japonesa y religión: una invitación al sinto", publicado en la revista La Colmena bajo el título "Animación japonesa y shinto", en el cual señalo las relaciones entre el pensamiento mítico-religioso de Japón y la animación nippona, en especial, en las obras del Studio Ghibli.


http://sugar-h.deviantart.com/art/Mononoke-Hime-334377055

Tal como publiqué en mi Facebook:

El Studio Ghibli 株式会社スタジオジブリ ha proyectado, en cada una de sus obras "el espíritu y las ideas fundacionales del Shinto: 1) cada aspecto de la naturaleza tiene su propio dios (kami); 2) la mayor parte de estos dioses es invisible al ojo humano, pero existen, y su presencia mantiene el equilibrio de fuerzas en la naturaleza; 3) el ser humano también es parte de la naturaleza, por lo tanto, entre más compenetrado esté con ella (y con sus kami), puede alcanzar un estado divino superior y convertirse, a su vez, en un kami; 4) el ser humano que no está compenetrado con la naturaleza (ni con sus kami) debe respetarla, preservarla y salvaguardarla, so pena de que los kami le envíen un castigo divino (enfermedades, plagas, sequías, terremotos, inundaciones, etc.), y 5) si el ser humano se vuelve contra la naturaleza (y sus kami), se vuelve contra sí mismo, por lo tanto, encuentra su propia destrucción."

Los mensajes "satánicos" que seudo-periodistas como Lolita de la Vega creían ver en las obras de animación japonesa, no son más que reflejos de la filosofía y del panteón shintoístas.



Y tal como expongo en mi artículo, las representaciones sexuales que aparecen en los anime y los manga responden a una cosmovisión y a unos valores distintos a los de la tradición judeo-cristiana, en especial, aquellos concernientes al cuerpo y a la actividad sexual.



Este tipo de personas obtusas y prejuiciosas son quienes consideran al rorikon anime-manga "pornografía infantil". Lástima que ellos no trabajen solamente en los mass media, sino también, como profesores e investigadores, por ejemplo, del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México A.C.


Saludos.

jueves, 13 de septiembre de 2012

@ La Colmena No. 74


http://www.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena_74/Aguijon/El_haiku.pdf

Mil gracias al Mtro. Juan Carlos Carmona Sandoval, editor de La Colmena, por permitirme publicar este pequeño ensayo sobre la historia del Zen y el haiku.

Uno de los artículos académicos que refiero constantemente en este ensayo es "El desarrollo del pensamiento Zen en el Japón" (1967) del japonés Furuta Shōkin 古田紹欽, el cual, puede ser consultado en archivo formato PDF en el siguiente enlace:


http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/IQXY3QGTLR9HUSTN4ESX38ACFLBSS7.pdf

Cortesía de El Colegio de México, por supuesto.


Saludos.

viernes, 18 de mayo de 2012

@ La Colmena No. 73

http://www.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena_73/Aguijon/Haiku.pdf

Agradezco de todo corazón al Mtro. Juan Carlos Carmona Sandoval, editor de La Colmena, por la invitación a escribir sobre poesía japonesa.


Saludos.

viernes, 17 de febrero de 2012

lunes, 6 de abril de 2009

@ La Colmena No. 43


http://www.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena43/Abeja/Christian.html

Mi poema titulado "El viaje del Eros al Logos" ha sido publicado en La Colmena.

Este poema, escrito en el año 2002, también fue publicado como "Colofón" de mi Tesis de Licenciatura en Letras Latinoamericanas titulada Ensayo sobre pedofilia: presencia de la sexualidad y el amor por las niñas en la lengua, la cultura y la literatura, la cual puede consultarse en la Biblioteca de la Facultad de Humanidades de la UAEMex y en la Biblioteca "Daniel Cosío Villegas" de El Colegio de México.

Gracias al Maestro Esteban Reynaud, profesor de la Facultad de Humanidades y editor invitado, en esta ocasión, por Virginia Aguirre, quien decidió aceptar mi texto.


Saludos.

viernes, 5 de abril de 2002

@ La Colmena No. 33



Una tarde, mi amigo Asdrúbal me anunció que los dibujos que había llevado a La Colmena habían sido aceptados por Virgina Aguirre, la Directora de la revista, pero que le habían pedido un texto (no mayor a dos cuartillas) donde se hablara un poco sobre su obra y los motivos presentes en ella. De manera sorpresiva, Asdrúbal pensó en mí para redactar dicho texto. El resultado ha salido publicado en el No. 33 de la revista, ilustrada de manera increíble, por mi amigo.






































Agradezco, públicamente, la invitación.


Saludos.