jueves, 13 de mayo de 2010

La UAEM gasta más en publicidad que en sus propias publicaciones


Siete, las únicas revistas indexadas de toda la UAEMex.

Mientras estudiaba la Licenciatura en Letras Latinoamericanas, trabajé durante un año en el periódico "Cambio" de Toluca. Descubrí, para mi sorpresa, que el periódico se mantenía no de sus ventas sino de la publicación de publicidad oficial pagada por el Gobierno del Estado de México y la Universidad Autónoma del Estado de México.

Descubrí amargamente que, en el Estado de México, casi nadie lee periódicos y que la prensa escrita no es negocio. Lo que sí es un buen negocio es atrapar la publicidad oficial, sobre todo en época de elecciones.

De esta manera, aprendí que el "periodismo" local estaba sujeto con fuerza a los intereses de los patrocinadores comerciales quienes, a través de su publicidad, hacen posible que los diarios sigan (magramente) circulando en el Valle de Toluca.

Esto trae consigo dos problemas: 1) la prensa local está sujeta, mucho más que la prensa nacional, a los intereses políticos y económicos de sus patrocinadores, 2) toda nota, entrevista, reportaje o caricatura que ataque o ponga en tela de juicio dichos intereses debe ser evitada, lo cual es una práctica que va en contra de la libertad de expresión.

Desde que me convertí en profesor universitario, me di cuenta de que los diferentes gobiernos neoliberales evitan invertir en las universidades públicas tanto los excedentes del petróleo (que se reparten entre los diferentes gobiernos estatales) como su propio presupuesto (por ejemplo, licitar a las universidades públicas sus servicios profesionales). La recomendación política y la tendencia a seguir es privatizar la educación de calidad y dejar en manos mediocres el rumbo de la educación pública.

De esto, obviamente los medios locales no dicen nada: hacerlo sería poner en riesgo el patronazgo económico y político de los gobiernos estatales y de las administraciones de las universidades públicas que tienen a bien comprarles publicidad en sus espacios.

Si esto no fuera cierto, entonces por qué la UAEMex destina cada año más de nueve millones de pesos de su presupuesto en publicidad oficial, en lugar de incentivar sus diferentes programas editoriales como lo hacen la Universidad Autónoma Metropolitana, El Colegio de México o la Universidad Nacional Autónoma de México.



Tal como lo afirmé en el mes pasado, la Universidad Autónoma del Estado de México tiene el compromiso de volverse cada vez más transparente, haciendo público no sólo su gasto y su presupuesto, sino también, las decisiones políticas y académicas que toman sus administradores.

La UAEM tiene la obligación de elevar la calidad de los servicios educativos que brinda, de expandir y diversificar la cobertura de los mismos, y de contar con un gasto austero que provilegie los aspectos académicos sobre los aspectos seculares o políticos.

Sin embargo, la realidad es otra:


Solicitud 00049/UAEM/IP/A/2010. (Dar click para ampliar).


Respuesta a solicitud 00049/UAEM/IP/A/2010. (Dar click para ampliar).

No es posible que tan sólo en 2009, según reporta la Unidad de Información de la UAEM, la universidad estatal halla gastado $9’984,924.91 (Nueve millones, novecientos ochenta y cuatro mil, novecientos veinticuatro pesos con noventa y un centavos) en publicidad oficial mientras que en el mismo periodo sólo gastó $8,500,921.61 (Ocho millones, quinientos mil, novecientos veintiún pesos con sesenta y un centavos) en la edición de sus propios libros y revistas.

Esa es la realidad que indican las cifras, es información oficial que proviene de los mismos órganos universitarios. La demagogia comienza cuando un autor pretende publicar un libro académico en la UAEMex, y lo primero que se le pregunta es quién va a financiar la publicación de su libro.

Es un secreto a voces que cada una de las facultades, centros de investigación y dependencias académicas cuenta con un presupuesto para publicación, pero que los diferentes directores y jefes de departamento lo utilizan para editar memorias, manuales, revistas y catálogos que no tienen ni utilización ni fines académicos.

La auditoría de la universidad pasa por alto estas situaciones en parte porque no existe un protocolo de publicación que diferencie cuáles son las publicaciones académicas y cuáles no, y porque los recursos que no son utilizados por las diferentes dependencias constituyen la "caja chica" de la que se pagan convivios, excursiones, cenas de gala y un sinfin de actividades sociales o recreativas.

De nuevo, recalcar: la Universidad Autónoma del Estado de México no debe ser tan mediocre.

En nuestras manos está el futuro de la universidad pública. Por lo tanto, debemos exigirles con firmeza a nuestras autoridades académicas que actúen en pro de la calidad educativa y tratando de mantener hasta donde sea posible la gratuidad de los servicios.


Saludos.