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sábado, 29 de agosto de 2015

@ Revista Marabunta Año 2 No. 3


Ilustración de Eduardo Salvatori

El día de hoy, vía Memes Literarios, tuve la grata sorpresa de encontrar que mi artículo títulado "Bullying a Murakami" había sido publicado en la página de la Revista Marabunta.

El texto, tal como explico en la introducción del mismo, nació a partir de que algunos lectores de Haruki Murakami habían pedido mi opinión sobre la obra del escritor japonés.

Mi artículo se enfoca, por supuesto, en explicar por qué Murakami no ha ganado (ni ganará) el Premio Nobel de Literatura. Y explora dos razones:

1) En su calidad de producto comercial de exportación, las obras de Murakami carecen de los elementos históricos-culturales para poderse llamar “obras maestras” (kessaku).

2) Al no poseer un marco de referencia crítico sobre la historia y la cultura de Japón, las obras de Murakami no logran considerarse “literatura nacional” (kokumin bungaku) pues configuran un mundo ficticio alejado de las problemáticas político-sociales del archipiélago.

Hace pocos días, despotriqué contra un par de comentarios en FaceBook en donde los lectores llamaban a Murakami un "gran escritor". Esto fue lo que escribí en aquel momento:



Por supuesto, agradezco a mis profesores de El Colegio de México las amplias recomendaciones literarias que hicieron en su momento. Si bien, no soy especialista en literatura japonesa (ni pretendo serlo), creo que para conocer la verdadera literatura japonesa es mejor conocer a otros autores que no estén tan influenciados por la cultura pop occidental (es decir, estadounidense y europea).


Saludos.

jueves, 2 de julio de 2015

El meme que censuró "Memes Literarios"


http://www.facebook.com/Animal3Lector/

Los casos de censura entre los círculos de izquierda me apasionan. Uno de los post de este blog con más entradas es el famoso caso de censura a José Hernández, monero de La Jornada, en el que despotriqué con hartas ganas en contra de un diario que se dice "de izquierda" pero que censura como si fuera de Derecha.

El día de ayer, volví a vivir una experiencia similar cuando, desde el teclado de Sid, administrador general de Memes literarios, se nos informó a los lectores que la imagen de arriba había sido removida por ser una "provocación" a (cito) "los movimientos feministas" [sic]:



Mi primera reacción fue de "LOL", pero después de analizar el mensaje presente en el meme censurado, fue de "WTF!" Así lo comuniqué en mis comentarios:



No voy a ahondar sobre mis aproximaciones académicas al feminismo, menos aún sobre mis opiniones vertidas en FaceBook. Sin embargo, sí voy a resaltar un aspecto central de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres: el feminismo no se trata de la censura constante de los discursos que reproducen la violencia simbólica en contra de las mujeres (en este caso, su cosificación a partir de su aspecto físico y sexual) sino de abrir espacios donde las mujeres puedan empoderarse a partir de su propio aspecto físico y sexual.



Alejandro Jodorowsky, de quien se han pitorreado varias veces en "Memes literarios" (llamándolo, por ejemplo, "el Coehlo de los hipsters"), nos ha mostrado cómo aún las feministas arrastran prejuicios en contra de su propio cuerpo y sus funciones, en específico, respecto a la menstruación.



Para que "Memes literarios" se convierta en "Memes feministas literarios" necesita: 1) más administradoras mujeres que acepten su cuerpo sin complejos, 2) un discurso verdaderamente feminista (les aconsejo leer a Alizade).


Saludos.

domingo, 10 de agosto de 2014

Roberto Bolaño sobre "el intelectual mexicano"


http://www.facebook.com/MemeLiterario/photos/a.252629268199698.60302.252598331536125/440553966073893/

Desde "La parte de los críticos", primer libro de su novela 2666 (2004):
La relación con el poder de los intelectuales mexicanos viene de lejos. No digo que todos sean así. Hay excepciones notables. Tampoco digo que los que se entregan lo hagan de mala fe. Ni siquiera que esa entrega sea una entrega en toda regla. Digamos que solo es un empleo. Pero es un empleo con el Estado. En Europa los intelectuales trabajan en editoriales o en la prensa o los mantienen sus mujeres o sus padres tienen buena posición y les dan una mensualidad o son obreros y delincuentes y viven honestamente de sus trabajos. En México, y puede que el ejemplo sea extensible a toda Latinoamérica, salvo Argentina, los intelectuales trabajan para el Estado. Esto era así con el PRI y sigue siendo así con el PAN. El intelectual, por su parte, puede ser un fervoroso defensor del Estado o un crítico del Estado. Al Estado no le importa. El Estado lo alimenta y lo observa en silencio. Con su enorme cohorte de escritores más bien inútiles, el Estado hace algo. ¿Qué? Exorcisa demonios, cambia o al menos intenta influir en el tiempo mexicano. Añade capas de cal a un hoyo que nadie sabe si existe o no existe. Por supuesto, esto no es siempre así. Un intelectual puede trabajar en la universidad o, mejor, irse a trabajar a una universidad norteamericana, cuyos departamentos de literatura son tan malos como los de las universidades mexicanas, pero esto no lo pone a salvo de recibir una llamada telefónica a altas horas de la noche y que alguien que habla en nombre del Estado le ofrezca un trabajo mejor, un empleo mejor remunerado, algo que el intelectual cree que se merece, y los intelectuales siempre creen que se merecen algo más. Esta mecánica, de alguna manera, desoreja a los escritores mexicanos. Los vuelve locos. Algunos por ejemplo, se ponen a traducir poesía japonesa sin saber japonés y otros, ya de plano, se dedican a la bebida.

De ese tema, ya he escrito, yo también, en La Colmena.


Saludos.

viernes, 4 de abril de 2014

@ Revista Marabunta Año 1 No. 1


http://revistamarabunta.com/2014/03/ser-un-escritor/

El día de hoy, tal como anuncié en mi FaceBook, me di cuenta que mi texto titulado "Cómo ser un escritor mediocre" ya tenía un par de semanas publicado en la Revista Marabunta.

El texto nació a partir de mis constantes interacciones (virtuales) con los administradores de la página de FaceBook "Memes Literarios", en especial, con "Sid" (como Sid Vicious, el vocalista de Sex Pistols) y "Mifune" (como Mifune Toshiro, el actor japonés de "Rashomon" y otras películas de Kurosawa Akira) quienes prodigaban desprecio constante por el escritor de origen brasileño Paulo Coelho, pero, a la vez, se escudaban debajo de un nickname para presentar sus textos en Internet.

En alguno de los constantes debates acaecidos en los post de "Memes Literarios", yo puse el dedo en la llaga:

Hay personas que escribimos de manera fea y mediocre (peor aún que Paulo Coelho) pero, por lo menos, no nos ocultamos debajo de una identidad ficticia y prefabricada para interactuar en una red ya de por sí ficticia y prefabricada.

Al ser un "troll" (más o menos) reconocido por los usuarios de redes sociales, esperaba que los administradores de "Memes Literarios" o sus seguidores me atacaran por lo expuesto en mis comentarios. Para mi sorpresa, varios usuarios estuvieron de acuerdo conmigo, y se inició un debate sobre lo difícil que es para un escritor novato acceder a espacios de expresión y de publicación.

Un tanto pasmado, me di cuenta que los numerosos nickname con los que aparecían los usuarios de "Memes Literarios" no eran parapetos ni caretas que ocultaran discursos mediocres o acartonados, sino identidades propias de mundos ficticios sumamente ricos y complejos, actualmente en construcción, sin el espacio o los recursos suficientes para consolidarse.

También, me di cuenta que el oficio de atraer lectores al texto no es sencillo. Todos podemos escribir en blogs o en redes sociales. Que lo escrito sea llamativo para alguien es lo que marca la diferencia entre lo "común" y lo "especial", entre lo "aburrido" y lo "interesante".

Con todas estas ideas en la cabeza, y frente a la convocatoria del primer número de la Revista Marabunta, quise dedicarles unas palabras a toda la comunidad virtual de "Memes Literarios", hacerlos relexionar sobre su odio patológico a Paulo Coelho, e invitarlos a reconocer nuestra mediocridad textual y personal. Ese fue el origen de mi texto.

Sin embargo, una vez que mi (de)formación académica comenzó a perfilar que el texto seguiría el formato de una lista, decidí que sería más divertido escribir una receta. Karina, mi novia, estuvo de acuerdo conmigo. Y fue así que nacieron los "pasos para convertirte en un escritor mediocre":

1. Lee más de lo que escribes.
Una enseñanza de mi maestro Roberto Fernández Iglesias.

2. Da a leer tus textos a tus amigos.
Una enseñanza de mis amigos y compañeros egresados del Centro de Estudios de Asia y África, de El Colegio de México, y la Facultad de Humanidades de la UAEMex.

3. Da a leer tus textos a otros escritores.
Una enseñanza de los colegas y compañeros reunidos al interior del Centro Toluqueño de Escritores.

4. Matricúlate en talleres literarios, facultades de letras o escuelas de escritores.
Una enseñanza de mi propia trayectoria personal.

5. Trata de imitar a “los grandes”.
Una enseñanza del sistema literario actual.

6. Paga por publicar tus textos.
Una enseñanza del sistema capitalista global contemporáneo.

Esbozados los puntos que yo considero relacionados directamente con la mediocridad textual y personal, me di a la tarea de explicar cada uno de mis puntos de vista (con resultados mediocres) en el texto que se publicó en Marabunta.

Agradezco a los editores de esta nueva revista, y agradezco también por el espacio (y por el proceso de aprendizaje) a los compas de "Memes Literarios".


Un abrazo.