sábado, 20 de noviembre de 2021

Adiós al Dr. Alfredo Díaz y Serna u.u

https://www.facebook.com/FaCiCoUAEM/posts/4670075116372621

Amigo de la familia, exprofesor de mis padres, docente universitario y excompañero de trabajo, el Dr. Alfredo Díaz y Serna fue para mí una de las mayores influencias intelectuales que recibí en la FaCiCo.

Polémico, contestatario, evidentemente psicosocial, aprendí de él que, en realidad, todo lo personal es político. Todo. Hasta ir al baño.

Hablar con él era casi como tomar terapia intelectual (no psicológica). Me hizo entender varios aspectos de mi origen filogenético (siendo hijo de dos de sus alumnos destacados). Me brindó su guía y su apoyo moral en los tiempos más difíciles. Me ayudó a encontrar departamento, no una sino dos veces. Me convenció de seguir en la UAEMex, después de que el M. en P.E.E.S. Javier Margarito Serrano García me retiró de la plantilla de profesores. Y me hizo revalorar muchísimo mi habilidad para escribir:

"Si yo tuviera la habilidad que tú tienes, publicaría dos o tres libros por año", me confesó una tarde, sentados sobre una banca afuera del Edificio "G". 

"Libros, ¿de qué?", pregunté cándido.

"Por supuesto de Psicología", respondió parco.

Con el trato personal, conocí su faceta de cronista: uno de los más críticos de la UAEMex. Para él, la Facultad en la que trabajábamos debería llamarse "Facultad de Psicología" y no de "Ciencias de la Conducta".

"Los conductistas son, ante todo, instrumentistas", relataba. "Y como buenos instrumentistas, están al servicio del Capital", se lamentaba. "Esta Facultad nació como un proyecto interno de la Facultad de Humanidades. Pero, por supuesto, actualmente, ha perdido su espíritu humanista".

El paro estudiantil del 2020 le dio completamente la razón.

Cuando publiqué mi Moratoria, el Dr. Alfredo hizo un esfuerzo evidente por leerme. Totalmente ciego, debido a la diabetes, le pidió a sus alumnas que le leyeran mi libro. Y todavía, después, le dictó a un par de ellas el texto de mi presentación (que publiqué en este blog). Sus palabras se convirtieron, más allá del cliché, en verdaderos tesoros. En reflexiones breves, concisas, profundas que señalaban los aspectos interesantes del texto (así como las fortalezas y debilidades de mí mismo).

El Dr. Alfredo deja no sólo textos inéditos sobre Psicología y Psicología Social sino, incluso, textos literarios que por modestia o inseguridad personal nunca vieron la luz. Un gran académico que nunca fue Director ni Profesor en Posgrado. Un talento humano más desperdiciado por los burócratas de la UAEMex. Un amigo.


Saludos.

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