Ahora viene la raíz amarga, el ansioso,
negruzco, pavo; viene también
la tiniebla de llanto, la dorada,
ciega y amante miseria. Ya se acerca,
tigre y mutilación, la desgarrada voz.
Ahora no viene nadie.
Ni un héroe en desamparo
ni una mujer ni un niño.
No una pasión ni una palabra.
Duele el silencio. La piel se muere de silencio,
¿Dónde está esa maldita piedad? Oh llamarada.
Buscadla entre una y otra soledad
Ahora venid a verlo, sacado de raíz,
muerto un millón de veces, tirado ahí,
pirámide bandera incertidumbre
doliéndose
endurecido cicatrizado
país patria nación
territorio ardientemente amado.
¿Quién habla, quién nos llama desde el frío,
desde aquella sorda tiniebla, desde nuestros muertos?
¿Acaso no estamos en un lecho de rosas?
Quémate, árdete, púdrete los pies los ojos
oh libertad oh justicia,
niñas de dulce voz de hambre
pequeñas niñas de metal dolorido.
No viene nadie.
Desde el miedo, desde el pavor, entonces,
Hay que hablar, decir las cosas por su secreto nombre,
por el nombre y en nombre del poeta y el artista;
por lo encendidos, los dueños de la calle,
dueños del amor ay amor ay dolencia
ay cárcel mía, cárcel de todos.
Si tenéis la patria por cárcel no tenéis nada.
Si respiráis libertad respiráis muerte
la tibia democrática muerte
el juego de la muerte
muerte calavera de azúcar
alianza para el progreso de la muerte.
La libertad con su cara de perro
cara de policía
danza una negra danza
(soy libre para decir como esclavo lo que me da la gana)
desde el mármol de Juárez, tan libre,
hasta la libertad de Lecumberri.
Mordamos la raíz amarga,
duro cristal, seca raíz del alba,
amorosa y angélica raíz,
¿Es que no viene nadie?
Vamos a verlo, entonces,
con sus ojos de roja fiebre y sus heridas de sal.
Vamos a verlo: un lápiz, un pincel, su enfermedad.
Ya vienen todos.
Ríos vienen van cordilleras ruinas
celebraciones centenarias aturden.
Diego ha muerto, José clemente ha muerto.
David vive. David ama.
Hablémosle en voz baja. Ya vamos.
Démosle una estela un dios de barro
un laurel un apretón de manos plata de Guanajuato;
démosle un corazón de jade un saludo de Pablo
palomas mil palomas
el cadáver de un juez
un poema de Paul Eluard
un cielo virginal
una tempestad
para que viva
que viva
rodeada de hermosas raíces
de verdadera libertad.
Efraín Huerta (1914-1982) fue un poeta y político mexicano miembro de la Federación de Estudiantes Revolucionarios (FER), la Federación Juvenil Comunista (FJC) y el Partido Comunista Mexicano. Simpatizante de los regímenes comunistas en América Latina, no sólo en Cuba sino en Nicaragua. En 1956, recibió, en la URSS, el Premio de la Paz Joseph Stalin.
En su poema "La raíz amarga", de 1962, describe las condiciones políticas y sociales que existían en México, como parte del régimen del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, previo a la represión armada de los movimientos obreros y estudiantiles que culminó en la Matanza de Tlatelolco.
La Alianza para el progreso (en inglés, Alliance for Progress) fue un programa de ayuda económica, política y social de los Estados Unidos de América para América Latina, ejecutado entre 1961 y 1970. Efraín Huerta le llama "Alianza para el progreso de la muerte" debido a que dicho programa se creó como una forma de contrarrestar la influencia de la Revolución cubana en América Latina.
En ese tiempo, los líderes de los partidos comunistas comenzaron a ser perseguidos, encarcelados y asesinados por los gobiernos pro-yanquies. En México, el famoso Palacio negro de Lecumberri albergó no sólo líderes políticos y estudiantiles, sino también escritores como José Agustín, Álvaro Mutis o José Revueltas.
Esa es la Historia negra del PRI que no debe ser olvidada por las nuevas generaciones.
Para los que creen que la poesía y la política no pueden ir de la mano.
Saludos.
Es correcto
ResponderEliminarSólo que fue escrito en honor a Siqueiros que estaba en la cárcel, por ello la mención de "David"