miércoles, 25 de noviembre de 2020
「無頼派」から「カストリ文化」まで 'Burai-ha': literatura japonesa de posguerra
domingo, 15 de noviembre de 2020
Palabras de Mario Bogarín Quintana
Amor, desgarro y un viaje a la lejanía perpetua.
Atisbos a la obra de Christian Hernández
Mario Javier Bogarín Quintana
Universidad Autónoma de Baja California
La búsqueda que el autor mexiquense Christian Hernández emprende en su obra literaria es no sólo la de una voz propia sino la generación de un marco personalísimo desde dónde entender el amor. Este tema universal y, por lo tanto, siempre actual y necesario, es el objeto de todo su trabajo, del que he podido leer Moratoria (2015), Amor Koi Love (2018) y Eternos juegos de amor (2019). Los dos primeros, poemarios, y el último una colección de cuentos donde su autor decanta sus memorias, deseos, obsesiones e ilusiones sobre la condición humana atravesada por las trampas de la pasión y el dolor de lo efímero.
Quienes conocemos a Christian por su ya dilatada trayectoria como investigador de las culturas japonesas (así en plural, para irnos acostumbrando), sabemos de su inquietud por los resultados que los choques y desbalances interculturales generan en nuestra visión de aquel país lejano pero para nosotros tan cercano mediante sus estudios y ahora su poesía y narrativa. Se trata, a mi modo de ver, de uno de los principales motores que mueven su escritura y la configuración de esa nueva realidad que todos los escritores buscamos en nuestro trabajo: Japón como eje articulador de la percepción para procesar la existencia cotidiana.
Esto no es nuevo para quienes desde muy jóvenes intentamos, como el autor, conocer más de nosotros mismos a través del reflejo que nos devuelve una cultura que, a saber desde qué resortes del imaginario que construimos desde pequeños o muy jóvenes, nos indica que ahí está sólo para nosotros, como el titilar de la luz más blanca en la forma como esperanza de conocer más del mundo que nos tocó vivir. Uno de los personajes del cuento “Mi novia es una joshikosei” emprende su anhelado viaje a tierras niponas y una vez ahí, en compañía de un amigo que lo celestinea, comprensivo, descubre la entrega amorosa de una bella chica sólo para que esta lo abandone al día siguiente, con todas las implicaciones emocionales y disquisiciones psicológicas que ello implica para el joven protagonista.
Por supuesto, el repertorio argumental de sus cuentos no se agota en la referencia japonesa. En “El amor no es cosa fácil”, Christian nos plantea, a más de una historia bien resuelta como anécdota de las batallas amorosas de la juventud inexperta, temerosa, un breve tratado acerca de las formas y dimensiones del amor en una clave ensayística digna del mejor Kundera. Una reflexión que no nos deja indiferentes cuando hemos leído ya los poemas que preceden a este libro y entendemos mejor los esfuerzos, alegrías y decepciones que el autor ha decidido compartirnos.
Porque las historias de su libro de cuentos son contemporáneas en su mayoría de los motivos que impulsan su obra poética, y eso dice mucho si, en un afán crítico que linde con el análisis literario, descubrimos que el camino de descubrimientos ha iniciado desde el breve poema en prosa “Motoko”, incluido en su segundo libro. El recuerdo de una novia con la que compartió alguno de sus viajes iniciales al archipiélago asiático queda fijado como una fantasmagoría a la que el narrador (lo mismo que el poeta) vuelven a cada momento.
Lo anterior debido sin duda a la marca que deja el recuerdo en un momento clave del desarrollo literario y humano de Christian, como nos lo explica en “Del eros al logos”, quizá su texto más confesional y el que a mí personalmente me ha sorprendido por encima del resto en tanto que me permitió conocer un poco mejor a Christian el hombre. Esta prosa que tiene su versión trilingüe que incluye traducciones al japonés e inglés en el segundo poemario, revela, junto con “Primer amor” en su poemario inicial, algunos de los aspectos biográficos que nos revelan a un autor con un poderoso impulso vital o, como decía una de mis maestras de literatura en la secundaria, un alma de alto voltaje. Y es que ese es, desde mi perspectiva, un requisito elemental para quien se lanza a las aguas procelosas de la literatura en estos tiempos en que la oferta es mayor que nunca y su acceso cada vez más masivo.
Voltear hacia la obra de Christian Hernández implica también conocer de su convicción política. Toda su obra, incluso en sus afluentes erótica y anecdótica, está impregnada de su ardiente deseo por habitar un mundo mejor. La fantasía y la acción se vuelven, pues, facetas de una moneda con dos caras idénticas. Su oposición a las miserias de esta sociedad, su rabia digna contra la injusticia, son una impronta constante en sus escritos literarios, académicos y de opinión. Para mí, a la luz de mi lectura de sus tres libros, esto tiene relación con su enfoque de una realidad alternativa a la que nuestro mundo mexicano no tendría por qué no acercarse.
La cruzada que el autor emprende en forma cotidiana con la pluma y el teclado da cuenta de estas inquietudes permanentes en su obra y, seguramente, en la que está por venir. La obra en cuestión es además, una narrativa de formación. Como a estas alturas se podría adivinar, hay una esencia de la bildungsroman en muchos momentos de la narrativa como de la poética que podemos leer en sus libros. La transición de la niñez a la vida adulta en muchas ocasiones es tratada como un proceso aceitado por ritos de paso en los que estos se vuelven el conflicto en sí de las historias.
Algo que debemos destacar en el caso de nuestro autor es que demuestra la sensibilidad suficiente para mostrarnos no sólo dicho esquema sino la esencia propia de cada etapa del desarrollo.
La infancia como terreno de descubrimientos frenéticos que lega a la adolescencia las herramientas necesarias para no perder la capacidad de asombro ante un mundo brutal pero bello al mismo tiempo, y la adolescencia como escenario de vivencias sensibles riquísimas que se volverán patrimonio del que la madurez echará mano para su propia supervivencia en un entorno muchas veces cruel e inhóspito. Cabe resaltar esto como un mérito de quien como narrador y poeta sabe distinguir las características preciosas de cada época de la vida y reconocerle a cada cual su valor y trascendencia.
Leamos, pues, a Christian Hernández con la mente receptiva y con la certeza de que no sólo encontraremos en su obra reflexiones amplias en torno al mundo que le ha correspondido otear y decodificar, sino también atentos a los muchos chispazos de humor que nos depara su visión personalísima, entrañable, que nos obliga a sostener sus libros hasta la última página en busca de más claves para comprenderlo como ser humano. No se arrepentirán, como yo tampoco lo he hecho y quedarán, como yo, ansiosos por leer la siguiente entrega.
Moratoria (2015). Diablura Ediciones. Colección Arca de Diablos. Toluca, México.
Amor Koi Love (2018). Edición de autor.
Eternos juegos de amor (2019). Trajín. Alternativa Editorial. Ciudad de México.
Publicado también en Viceversa Noticias.
Saludos.
jueves, 12 de noviembre de 2020
PT propone creación del fondo de vivienda del ISSEMYM
A nombre del grupo parlamentario del PT, el diputado Francisco Rodolfo Solorza Luna planteó a la LX Legislatura que las y los servidores públicos del Estado de México y municipios reciban un porcentaje de su salario nominal, en este caso el 5%, como prestación de vivienda, y que se establezca el Fondo para la Vivienda de los Trabajadores al Servicio del Estado de México y Municipios.
Dicho fondo, abundó el legislador, deberá establecer, administrar y operar un sistema de financiamiento que permita a personas trabajadoras, jubiladas y pensionadas afiliadas al Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (Issemym) obtener crédito barato y suficiente mediante préstamos con garantía hipotecaria.
El legislador explicó que este fondo cuidará que sus actividades se realicen dentro de las políticas de vivienda y desarrollo urbano, y los recursos para su operación provendrán de las aportaciones de las y los servidores públicos, de las que dependencias y entidades enteren al Instituto, de los bienes y derechos adquiridos por cualquier título y de rendimientos que se obtengan de las inversiones de los recursos.
Además, dijo que para facilitar a servidoras y servidores públicos el acceso a la vivienda el Fondo podrá celebrará convenios con instituciones del ramo, así como gestionar créditos de los sistemas de financiamiento respectivo a tasas de interés social o preferencial iguales o menores a las que otorgue el Fondo.
Entre las modificaciones que propone el diputado a la Ley de Seguridad Social para los Servidores Públicos del Estado de México y Municipios está la unificación de una cotización mínima de 18 meses en el Instituto para otorgar los créditos, además de que el monto y el plazo se calcularán en función de los ingresos familiares del trabajador y el valor del inmueble.
El legislador puntualizó que las aportaciones de las instituciones públicas serán patrimonio de los trabajadores y que es hora de que se emprendan acciones legislativas para salvaguardar sus derechos, además de que con su iniciativa se armonizará lo establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y Ley Federal del Trabajo para garantizar el derecho a la vivienda. Para su discusión y análisis, la iniciativa se turnó a la Comisión de Trabajo, Previsión y Seguridad Social.
martes, 10 de noviembre de 2020
La imposición (mediática) de Joe Biden
Nos encontramos hoy frente a un peligroso proceso de golpe de estado mediático en los Estados Unidos. Los principales canales de comunicación privados se han erigido como censores de la “verdad histórica” y simultáneamente fungen como jueces electorales. En abierta violación tanto de la libertad de expresión como de la legalidad democrática, los dueños de NBC, CBS, ABC, Twitter y otros medios privados han interrumpido las comunicaciones del Presidente Donald Trump y declarado de manera adelantada la supuesta victoria de Joseph Biden en las elecciones del pasado 3 de noviembre.
El escenario se parece mucho al que vivimos hace un año en Bolivia cuando los poderes fácticos del mundo se alinearon en contra del entonces Presidente Evo Morales. Las mentiras sobre un supuesto fraude divulgadas tanto por la prensa como por organismos internacionales como la Organización de los Estados Americanos generaron las condiciones para la dimisión del líder del Movimiento al Socialismo e incluso podrían haber causado un magnicidio en su contra, si no fuera por la oportuna intervención del Gobierno de México.
La situación actual en los Estados Unidos también es similar a los intentos de imponer como “Presidente legítimo” de Venezuela a Juan Guaidó a principios de 2019. Después de la autoproclamación del diputado golpista en violación de cualquier apariencia de legalidad, también llovió una enorme cantidad de reconocimientos oficiales al “nuevo líder de Venezuela” de parte de una amplia variedad de Jefes de Estado del mundo respaldados por sus medios internacionales correspondientes.
En momentos complicados como el actual es importante abstraerse por un momento de los prejuicios ideológicos y las preferencias personales. La elección de las autoridades de cada país debe seguir estrictamente su legalidad correspondiente, independientemente del poder del dinero y las presiones geopolíticas. Así como rechazamos el intervencionismo de los Estados Unidos en las elecciones de otros países, también debemos rechazar la intervención del poder mediático y financiero global en las elecciones de Washington.
No se trata de defender a Trump, desde luego, y tampoco de dar crédito necesariamente a sus denuncias de irregularidades electorales, sino de dar un ejemplo de respeto al derecho ajeno y a la soberanía nacional. [...]
La Constitución de los Estados Unidos es perfectamente clara con respecto al proceso de elección del Presidente de la República en el país vecino del norte. El Artículo II, sección primera de su Carta Magna, junto con la Enmienda XII, indica que la selección del Presidente no se realiza por medio del voto directo y popular sino por un Colegio Electoral cuyos integrantes son “designados” por cada uno de los congresos estatales.
Si bien el pasado 3 de noviembre se realizó una votación indicativa de preferencias de los ciudadanos en cada entidad federativa, ningún congreso local se ha reunido todavía para designar formalmente a sus “electores” presidenciales.
De acuerdo con la ley, cada estado tiene hasta el 8 de diciembre para nombrar sus electores para que puedan emitir su voto en la sesión del Colegio Electoral que tendrá lugar el 14 de diciembre. Pero la declaración formal del vencedor de la contienda todavía debe esperar hasta la primera semana de enero cuando el congreso federal se reúne para realizar la contabilidad formal de los votos y el pronunciamiento oficial del ganador.
[...]
Es muy importante tener claro que la diferencia entre Trump y Biden en varios “estados bisagra” se encuentra hoy en menos de un porciento de la votación. En Georgia la diferencia es de 0.2%, en Nevada de 0.4%, en Arizona de 0.5%, en Pennsylvania de 0.6%, en Michigan de 0.7% y en Wisconsin de 0.7%. Un recuento total de la votación en todos estos estados sería lo más recomendable para garantizar plena certeza en el resultado, tal y como lo exigió López Obrador en las elecciones de 2006.
El mismo Biden fue quien más insistía en la paciencia cuando las cifras favorecían a Trump durante los días inmediatamente posteriores a la elección. Pero una vez que los números se voltearon a su favor, el candidato demócrata cambió radicalmente de tono. Con base en reportes estrictamente mediáticos y en abierta violación del proceso legal, este sábado Biden echó las campanas al vuelo, se declaró vencedor y empezó a recibir docenas de felicitaciones desde el extranjero.
Este triunfalismo anticipado evidencia gran inseguridad de parte del candidato demócrata. Sabe perfectamente bien que la Suprema Corte y los tribunales federales tienen un marcado sesgo a favor de los Republicanos y que el Vice-Presidente en funciones, Mike Pence, es quien presidirá la sesión conjunta del congreso federal en enero que pronunciará formalmente al vencedor. De manera similar a Calderón en 2006, Biden entonces ha elegido tomar la vía de la presión política a las instituciones electorales con el fin de evitar que haya una investigación plena de las denuncias de posibles irregularidades electorales.
Urge una reforma electoral de gran calado en los Estados Unidos para generar una nueva institucionalidad democrática que dé valor pleno al voto popular y evite una crisis constitucional como la que hoy se prepara en Washington. Mientras tanto, la Doctrina Estrada es nuestra mejor guía, a favor de la paz y el pleno respeto entre las naciones.