Como parte del trabajo a distancia, en época de cuarentena, grabé, edité y subí a Youtube este video para mis alumnos que cursan la asignatura "Literatura" en el Bachillerato presencial de la UAEMéx. En él, comparto mis puntos de vista sobre ciertos aspectos que no han sido suficientemente abordados ni por las autoridades educativas ni por los especialistas en la docencia de la literatura latinoamericana.
Uno de ellos (el más importante, creo) es la conformación del canon de escritores que pertenecen (o no) al 'boom'. Por ejemplo, tal como lo indico en el video, para quienes elaboraron la plataforma SEDUCA de la UAEMéx Roberto Bolaño pertenece a dicho movimiento. Mientras que para algunos críticos literarios, como Ignacio Echevarría, Roberto Bolaño rompe con esa tradición. (Yo pienso, también, que es posterior al 'boom'.)
El otro caso que abordo en el video es la inclusión (o no) de algunos escritores olvidados en los programas y la planeaciones escolares: como Eduardo Galeano (siendo que él tiene textos que encajan perfectamente en el estilo del "realismo mágico") o Elena Garro (de quien se dice escribió la primera novela del "realismo mágico"), y de la cual retomo la siguiente información:
«Para Elena Garro el realismo mágico era una etiqueta mercantilista que la molestaba porque ella decía que el realismo mágico era la esencia de la cosmovisión indígena, por lo tanto, no era nada nuevo bajo el sol», explica Patricia Rosas Lopátegui, hasta ahora la autora de la única biografía sobre la escritora y que la trató durante 40 años.
La realidad es que el libro de Elena Garro Los recuerdos del porvenir (1963) es hoy para algunos especialistas el pistoletazo de salida de ese género que se adjudicaría como gran cimentador García Márquez con sus Cien años de soledad (1967). Antes están Juan Rulfo, Arturo Uslar Pietri y una serie de narradores latinoamericanos que se dedicaron a escribir de esa cosa que «en Europa se llama realismo mágico y acá lo llamamos costumbre», diría García Márquez.
Discutir si Borges o Rulfo podrían pertenecer al canon también es pertinente. No olvidemos que, al fin de cuentas, los escritores del 'boom' configuraron una nueva identidad respecto a América Latina a través de sus obras. Exactamente lo mismo que hicieron, apenas años antes, tanto el escritor mexicano como el argentino.
El otro gran aspecto que debemos discutir es "Enseñar Literatura, ¿para qué?" Dejando a un lado el supuesto fortaleciemiento de la comprensión lectora, ¿cuál debe ser el objetivo de llenar a nuestros alumnos con datos de autores y de obras literarias? ¿Fortalecer sus identidades nacionales? ¿Llevarlos a la reflexión de los problemas socio-políticos que nos aquejan? Finalmente, la literatura del "realismo mágico" es REALISTA. Es decir, aborda problemáticas sociales al interior de sus cuentos y sus novelas.
En una época en la que la sociedad global se preocupa cada vez más por la discriminación, la violencia y el racismo, es momento de considerar a la literatura no como un entretenimiento sino un material de estudio serio para abordar (y entender) las problemáticas sociales que nos aquejan.
Necesitamos, a su vez, fomentar el trabajo de escritores verdaderamente comprometidos con el cambio social y cultural. Quitarnos el prejuicio de que discutir sobre nuestros problemas es una tarea "ideologizante". Y que la literatura que los retrata presenta una "pesada carga ideológica" para nuestros alumnos.
No estamos ya en condiciones de tolerar la intolerancia. Precisamente por fomentar la lectura (y la creación) de "literatura light" estamos como estamos.
Finalmente, desde la perspectiva de la docencia, es hora de dejar de ver a Literatura como una asignatura "complementaria", y retomar los textos literarios como material de estudio en cada una de las materias (y en cada una de las unidades y los temas) que conforman el currículo de la Educación Media Superior.
Saludos.