Catalina Miranda (México, D.F., 1962) es una escritora, editora y poeta mexicana, creadora de la Editorial Ariadna S.A. de C.V. y de los Premios Ariadna de Poesía y Cuento que se celebran anualmente desde 2018. Poemas deshabitados, Variaciones para un solo deseo y Desprendimientos son sus primeros tres poemarios que publicó la Editorial Fugaz, en 1998, y que fueron reeditados por la Editorial Ariadna en 2020 y 2021. Una lectura atenta de ellos descubre una voz femenina sensible y diferente a las ya establecidas. Me sorprende. Algunos de sus poemas me recuerdan cierto tipo de poesía japonesa. Incluso rayan en el haikú:
TORTUGAMarítima mudanzade arena y polvo
Pero es su poesía íntima lo que me cautiva. En la “Presentación” de sus libros, la autora nos cuenta que, en el momento de escribir estos poemas, sus padres habían fallecido recientemente, sus hermanos mayores vivían lejos y ella residía sola en la Ciudad de México siendo aún una estudiante universitaria. La poeta se lamenta por su condición, aunque esa emocionalidad no se refleja en el conjunto de su obra. En Poemas deshabitados, la poeta se nota contenida. La joven autora prefiere no sentir. Intelectualiza, en sus versos, su propia condición humana. Por ejemplo, en el poema “Tristeza”:
Miras otra vezcómo se deslizacómo traspasapara llegary extenderseSiéntela descífralapara que ya note inoportunepara que ya notrasmine su texturaen tus poros
“Descifrar” es igual a “intelectualizar”. La poeta se habla a sí misma en el poema porque ha preferido desdoblarse: que sienta la otra, no ella misma. Por eso mismo, no es sino hasta que establece un “Monólogo” con su interior que atestiguamos, por fin, sus sentimientos:
Del muro soy unadescarapeladura[…]soy la herida en la paredherida surgísin intención alguna
La poeta no es la pared que construyeron sus padres: es sólo una grieta presente en el muro familiar. No es el tabique (material) lo que le da forma a la autora sino la oquedad (no material) lo que permite su existencia. La poeta se siente sola y, al mismo, tiempo vacía. Hay un poemínimo, incluso, que resulta alegoría:
Círculosserpentinas verdesno aceptan el vacío en su interior
Tampoco ella lo acepta. Al igual que las tiras de papel coloridas, la autora se vuelca en torno a su vacío. Sabe que existe, pero no se atreve a sentirlo. Por eso mismo, termina por despersonalizarse, por sentirse enajenada, por evitar el contacto con los otros. Así lo atestigua en “Exhorto”:
No entiendo los ojosni las bocasni las manos cuando me tocan
Por eso usa “entender” y no “sentir”. La poeta contempla el mundo detrás de una barrera transparente que la pone a salvo del mundo exterior (y de los otros) pero que lo deja visible para ella. Así se evidencia en “Los visitantes”:
Mientras miraba el cristallos descubrísalían uno tras otro de sí mismoscompitiendo con la lluviaun díacuando vuelva a encontrarlosromperé el cristal y me uniré a ellos
No es sino hasta que llega “Tiempo”, justo al final del poemario, cuando la poeta reconoce, por fin, que se siente vacía, despersonalizada y confundida:
Dime dónde¿soy ésta?voy entre las plumasde lo inmensoconfundida buscoatrás de lo pensablela nada me habitame rodeasoy simulacro de lo imposible
En Variaciones para un solo deseo, la poeta sigue atestiguando la soledad, el vacío y la despersonalización que la rodea. Utiliza la flora y la fauna como símiles de su propia condición personal.
Tortuga hueca
serpiente equivocada
en tus escamas
sirena vieja
oculta te transportas
como crisálida en campo
nebuloso
en pordioseras aguas
en turbios rostros
olfateas
una escuálida palabra
una magra oración
sin esqueleto
heraldo para tu mano
que busca en esta página
significado
[...]
Rostro raíz
tus cabellos de pétalo
te sostienen
pez árbol
medusa flor
flama de sol en el agua
rozan tus escamas
el coral policromo
mientras tus pensamientos
reproducen burbujas
que no entiendes
vuelas nadas
te abres te fecundas
quimera hoja bajo la ola
de la noche
El acercamiento a la naturaleza le hace descubrir a la poeta el Tao, el orden natural de la existencia. La poeta, entonces, proclama creer en dios y en la muerte “porque entre ellos yo/ el lazo imperfecto/ el lazo necesario que cierra/ el círculo de la totalidad”. Y, desde esa posición ontológica, se resignifica: ya no hay vacío, ni enajenación, ni soledad. La poeta encuentra su pareja y, en la segunda parte del libro, habla de ella (y de los encuentros amorosos que establece con ella).
La convocatoria del Premio Ariadna de Poesía 2021, en su punto 7, establecía que aquellos interesados en participar debían elegir uno o varios poemas de este libro y escribir una reseña. Yo la hice sin saber que, para la convocatoria 2022, los requisitos cambiarían. Sin embargo, no quise dejar pasar la oportunidad para compartir con ustedes mi gusto y asombro por una poeta mexicana que en su poesía expresa la condición femenina y su erotismo:
Voy entre tus piernascomo el insectotrovador de ramasme detengosuccionando saviame inflome elevoregreso impulsadasobre tus manos que labranmis alas
La convocatoria del Premio Ariadna de Poesía 2022 se encuentra abierta y cierra el 28 febrero de 2023. Para más detalles consúltese: https://editorialariadna.com/premio-ariadna-de-poesia-2022/
Saludos.
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