Volúmen 12 de la colección Arca de Diablos,
Górgoro de Alonso Guzmán es el segundo libro del autor publicado por Diablura Ediciones, y su primera novela de corte fantástico. Adentrarse entre sus páginas es descubrir el dominio de un Rey déspota, pero justo, preocupado por su pueblo y por su gente, y sólo a veces, por lo que hay más allá del plano en el que habita.
Las minificciones que componen cada uno de los capítulos del libro nos dan luz sobre el carácter del rey, sobre sus preocupaciones, sobre sus deseos:
X
Górgoro dijo: "Quiero un amigo", y Rathä le fabricó un hombre corpulento y valiente, pero Górgoro lo desnucó con furia en el juego de lucha. Rathä entonces le fabricó un hombrecillo pardusco y frágil, pero Górgoro lo venció en el arte del verso. Rathä, triste, le fabricó un hombre grueso y recio, con la mirada de un lince y con las manos esbeltas. "¡Cuánto se parece a mí!", exclamó Górgoro, y Rathä le mostró la cara de aquel hombre; Górgoro se dio cuenta que era él mismo. Jugaron el juego de la lucha y Górgoro perdió. En el arte del verso[,] Górgoro se quedó con la lengua en blanco. En la prueba mortal de la Espada de Fuego[,] Górgoro cayó vencido con una herida mortal y dio su último aliento. Rathä lloró y se disculpó de la muerte del rey, pero Górgoro, de pie ante el cadáver, dijo: "Este era muy fuerte, pudo haber sidomi amigo", y se retiró a sus aposentos. Rathä, confundido, tomó el cuerpo de Górgoro[,] y con sus manos lo dobló hasta convertirlo en un pequeño cuadro de papel.
LV
Gala le escribió una carta a Górgoro donde le decía lo mucho que le extrañaba y lo acres que eran los días sin él. Górgoro tomó una hoja en blanco, la dobló y le dijo al mensajero real que la llevara a donde Gala sin tardanza.
LXXIV
Durante la comida[,] había alrededor de Górgoro varios jóvenes hijos de reyes de comarcas vecinas. Uno de ellos le preguntó a Górgoro: "¿Qué es lo que siente su majestad al ser rey?" Górgoro le respondió: "Pronto lo sabrás, pero antes ven, siéntate en mi trono". El joven príncipe obedeció y se sentó en su trono. La comida seguía y el príncipe estaba muy contento en el trono hasta que miró hacia arriba. Un hombre ahorcado pendía sobre su cabeza; ese hombre era su padre. Aquel príncipe salió del palacio dando tremendos gritos y sollozando; Górgoro dijo :"Nunca será rey".
Górgoro podrá ser un tirano, un machista, un sádico, pero nunca un mal gobernante. Cuando la peste llega a su pueblo, Górgoro, sin saber qué hacer, se hinca frente a una roca afilada, y como nunca, ora. Pide por su pueblo. Reza.
Otra ocasión, cuando la comarca vive una severa sequía, Górgoro manda a matar cuatro niños, uno en cada valle, para que su sangre se vierta en la tierra. Los campos florecen y dan frutos en abundancia. El sacrificio de los mártires da resultado.
Finalmente, una noche, cuando alertan a Górgoro sobre una loba gigante que devora mancebos y doncellas, el rey se pone en marcha, y alista su espada para enfrentarse a ella:
"Eh, tú, ¿quién con su poder te ha dado el valor para venir aquí, humillarme y humillar a mi pueblo?" Pero la loba no contestó, se dio la vuelta y quiso meterse a su cueva entre bostezos; entonces Górgoro, furioso, la tomó por la cola y la jaló hasta desprenderla de su cuerpo. La loba se retorcía de dolor y aullaba. El rey de inmediato desenfundó su espada y le cortó la cabeza de un solo golpe. El cuerpo de la loba se tensaba y se movía enloquecido, y la cabeza, que yacía a unos metros del cuerpo, abría y cerraba los ojos como quien jala aire. Górgoro entonces abrió el estómago de aquella bestia maltrecha y escarbó para buscar, acaso, a aquellos [mancebos] que aún estuvieran vivos. Cuando entró bien adentro de ese cuerpo muerto y logró abrir el estómago[,] vio con alegría y asombro que varios jóvenes estaban ahí. Pero no estaban como el rey hubiera esperado... hombres y mujeres estaban completamente desnudos, hacían corro alrededor de una fogata, unos, y otros se perseguían en claro cortejo amoroso... Cuando los jóvenes vieron a su rey entrar con la espada en la diestra, con el sudor y la excitación en el rostro, supieron que todo había terminado, que aquel hermoso paraíso había sido roto por un rey valeroso.
Pero el peso que el héroe carga en sus espaldas es real. Górgoro sufre, en solitud, de remordimiento. Han sido tantas las personas y los seres que ha matado que parece que nunca más podrá volver a ser feliz. La muerte lo llama. Y la derrota se presenta, frente a él, como un cruel vaticinio.
En palabras del propio Alonso Guzmán, la historia de Górgoro muestra la maldad del hombre frente a la obtención del poder (y lo que implica tener poder). Para mí, es la historia de un hombre inmensamente solo que, en ocasiones, utiliza el poder como un divertimento. Y es que la vida de los hombres resulta tan aburrida, a veces, que cualquier acto que rompa esa normalidad puede resultar fantástico.
Cierro este post con mi capítulo favorito:
XVII
Cuando llegó un extraño visitante de tierras lejanas y habló con su extraño y lejano lenguaje ante la presencia de Górgoro, éste lo mandó a matar. Después, cuando un bufón se presentó con la misión de entretener al rey con frases graciosas y alusiones llenas de ingenio, Górgoro lo mandó a matar. Luego, cuando llegó a la comarca el poeta más lúcido y refinado de los reinos vecinos y se postró ante Górgoro para recitarle sus más hermosas odas, Górgoro lo mandó a matar. Estaba harto del lenguaje.
Saludos.