El día de hoy, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) decidió, tras un fuerte debate y una votación sumamente dividida, solicitar al Instituto Federal Electoral (IFE) que detenga la transmisión del spot político de Andrés Manuel López Obrador en el que se enuncian sus "10 puntos para transformar a México". Dentro de estos puntos, se encuentran, por supuesto, la necesaria e impostergable democratización de los medios masivos de información, en especial, de la televisión abierta.
Sin embargo, también se encuentra un aspecto sumamente importante que la gente del común todavía no entiende: la necesidad de un cambio en el modelo económico de México.
Partamos de hechos: México es el país que ocupa a nivel mundial el lugar número uno en migración, porque los mexicanos no encuentran oportunidades laborales ni de desarrollo profesional en nuestro país.
De esta manera, Estados Unidos, por supuesto, se convierte en una alternativa para los migrantes mexicanos. Pero, tal como lo explica Andrés Manuel López Obrador, esto se debe a que tiene una economía muchísimo más competitiva que la nuestra.
En Estados Unidos, el cemento cuesta tres veces menos que en México.
En Estados Unidos, el costo del servicio telefónico también es menor.
Al igual que el costo del servicio eléctrico.
Y los intereses que cobran los bancos por las tarjetas de crédito.
Y los intereses que cobran los bancos y otras entidades financieras por los créditos hipotecarios.
Al igual que el costo del servicio de internet.
Sin embargo, el salario mínimo en los Estados Unidos es 10 veces mayor que el salario mínimo mexicano. Y esto no es producto de la macro o la micro economía sino de las negociaciones amañadas entre los líderes sindicales, los empresarios y el Gobierno Federal.
En mi opinión, pienso que la izquierda mexicana debería unirse en torno a esta propuesta croncreta y necesaria para sacar adelante económicamente al país. Ya sabemos quiénes son los empresarios que no quieren terminar con los monopolios ni con los privilegios fiscales que los gobiernos priístas y panistas les han dado: son los mismos que apoyaron el fraude electoral de 2006, y por supuesto, son quienes ahora apoyan descaradamente a Enrique Peña Nieto.
Saludos.
