Bandera cristera, muy ad hoc con los tiempos de fanatismo religioso en que vivimos -__-
Mexico no es independiente. Ni económica, ni cultural, ni políticamente hablando. Doscientos años después, el sistema bancario mexicano está en manos de los gachupines y los gringos. El sistema educativo está en manos de fanáticos católicos en línea con el Vaticano. Y el sistema político se divide entre los que miran con buenos ojos a Europa y los que aún tienen sus esperanzas fijas en los Estados Unidos.
¿Qué valores son los que vamos a celebrar esta noche? ¿Libertad? ¿Independencia? ¿Unidad? ¿Cuál es nuestra identidad mexicana? O_o
Somos libres pero estamos jodidos. Tenemos libertad pero no acceso a las instituciones. Tenemos patria, sí, pero está en manos de políticos corruptos. -__-
Para acabarla de amolar, el sistema educativo, los medios y los políticos de todos los niveles nos han contado su propia versión de la historia. Una versión que seguirá de generación en generación hasta que no halla un verdadero cambio de fondo en el sistema educativo.
La realidad es que, tal como lo escribe Luis González de Alba, no hubo grito, no hubo una real independencia, ni hubo tampoco una guerra fraticida:
El sábado 15 de septiembre de 1810, a las 11 de la noche, no ocurrió nada, absolutamente nada. El virreinato durmió tranquilamente y en su mayor parte tuvo un plácido domingo 16. Los únicos nerviosos fueron los conjurados de Querétaro. Pero el cura de Dolores, Miguel Hidalgo y Costilla, no tañó la campana ni llamó "a coger gachupines" a las estrafalarias 11 de la noche. Don Miguel, sensatamente, llamó a misa de siete o de ocho porque era domingo y muchos rancheros llegaban de las cercanías para cumplir el mandamiento de oír misa, y de paso ir al mercado, comprar y vender. Una vez con el atrio lleno, el cura les pidió que fueran por palos, machetes y lo que hallaren. Así comenzó una revuelta que duró apenas 10 meses, no se extendió más allá del pequeño triángulo que forman Querétaro, Guadalajara y las cercanías de la ciudad de México, pero le enajenó a Hidalgo todas las simpatías de los independentistas a causa de su desbordado pillaje y sus crímenes contra no combatientes.
Los cabecillas de esa confusa asonada antes del año ya habían sido detenidos, excomulgados (por el obispo independentista Abad y Queipo, amigo de Hidalgo), fusilados, decapitados, y sus cabezas, la de Miguel Hidalgo señaladamente, colgaban en jaulas de hierro en cada esquina de la Alhóndiga de Granaditas, Guanajuato.
La independencia no llegaría hasta 10 años después: el 27 de septiembre de 1821, sin disparar un tiro ni derramar sangre: por un acuerdo entre el nuevo virrey, Juan O'Donojú, y las cabezas del ejército insurgente, que también se habían aliado por un acuerdo, una negociación, no por la derrota sangrienta de una de las partes. Hablaron y se dieron un abrazo el rebelde Vicente Guerrero y el enviado por el virreinato a vencerlo, Agustín de Iturbide… Sí, claro, en Acatempan, y al acuerdo lo llamamos El abrazo de Acatempan, no la masacre, ni el triunfo o la derrota.
¿Y El Grito, el hecho fundacional cuyo segundo centenario nos aprestamos a celebrar en un año más? Muy sencillo: no hubo tal. Quizá por eso mismo se nota más bien poco entusiasmo y opiniones varias al respecto.
Después de todo esto, ¿ustedes piensan salir a "festejar"? O_O
Yo no. -__-
Saludos.
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