La nota original, en inglés, de The New York Times:
CIUDAD DE MEXICO — Conforme el año comienza, la figura política dominante de la izquierda mexicana parece dirigirse rapidamente a la irrelevancia. Pero Andrés Manuel López Obrador todavía no está muerto.
Sólo dos años atrás, AMLO, como él es conocido, fue la fuerza impulsora de la polarizada política mexicana. Después de perder la presidencia de la república por un margen muy pequeño y llevar a meses de protestas callejeras acusando a las autoridades de que se la habían robado, los políticos lo redujeron a un sólo asunto: quién estaba con él y quién estaba en su contra.
El año pasado, su presencia en la atención pública comenzó a decaer. El público, los noticieros y muchos de sus seguidores simplemente siguieron adelante, dejando que la confución de las elecciones de 2006 desaparecieran en la historia.
Pero existen signos de que los esfuerzos del Sr. López Obrador, ex-jefe de gobierno de la Ciudad de México, para revivir su carrera política podrían estar ganando adherencia, a medida que una recesión cada vez más profunda crea oportunidades para su línea de populismo económico. La pregunta ahora es si él puede capitalizar políticamente este momento para reconfigurar y expandir la coalición que lo llevó por un pelo a la presidencia.
Saludos.
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