sábado, 20 de mayo de 2023

Homenaje a Abelardo Hernández Millán



Oriundo de San Gabriel Zepayautla, municipio de Tenancingo, Estado de México, recordamos al Maestro Abelardo Hernández Millán a casi 10 años de su partida física de este mundo. Académico, investigador y, sobre todo, escritor, el Maestro Abelardo influyó no sólo en mí sino en toda una generación de escritores jóvenes del Valle de Toluca y Malinalco. En octubre de 2013, escribí algunas líneas sobre su partida:

Tuve la oportunidad de conversar con el Maestro Abelardo, en distintas ocasiones, cuando asistía al Taller de narrativa del Centro Toluqueño de Escritores, coordinado por Eduardo Osorio, así como en las distintas emisiones del Festival de cuento breve "Los mil y un insomnios".

En el fondo, siempre me consideré un admirador de su trabajo literario desde que, en la preparatoria, leía (y coleccionaba) sus mini-ficciones publicadas en la sección "Juegos para armar" de la revista La abeja dorada, publicada por la UAEMex. Esas mismas mini-ficciones fueron recuperadas en formato de libro, en el año 2008, gracias al Centro Toluqueño de Escritores.

Curiosamente, de ente tantos espacios de docencia que el Maestro Abelardo encabezó, yo nunca participé como su alumno. Me daba pena que el Maestro revisara mis escritos. Incluso, cuando el Maestro Eduardo Osorio me animó a mostrarle mis historias, me negué.

Amantes, los dos, de los microrrelatos, entablaron una amistad que cruzaba por la literatura y la política: dos librepensadores en medio de un régimen prianista que sólo conocía de la censura. 

No olvidemos que en el año 2006, el panista Armando Enríquez Flores, en el aquel entonces Presidente municipal de Toluca, amenazó con cerrar el Centro Toluqueño de Escritores por poner a la venta los documentales producidos por el Canal 6 de Julio.

No les bastó a los prianistas cometer fraude electoral en contra de Andrés Manuel López Obrador en 2006 sino también, y de manera sistémica, reprimir y censurar a las voces disidentes (hasta la fecha).

El Maestro Abelardo lo sabía. En su artículo titulado “La política, lo público y las políticas públicas” publicado en La Colmena, el Maestro ponía el dedo en la llaga:

Los políticos son uno de los dos protagonistas principales de toda política pública. A ellos “Interesa la distribución de los productos, y cómo las políticas públicas afectan a ciertos individuos y grupos.” […] “Hay dos formas de hacer de la política una profesión. O se vive para la política o se vive de la política”.

Ya no hablemos de la política cultural actual donde se invita a youtubers e influencers a participar en las diferentes actividades encabezadas por los gobiernos. Por ejemplo, las ferias de libro donde realizan presentaciones y firmas de sus productos editoriales. Mientras que a los creadores locales se les relega al olvido.

No existe, al día de hoy, una antología de Abelardo Hernández Millán publicada por el FOEM.

No existe tampoco una antología de sus escritos académicos publicada por la UAEMex.

Las ferias de libro están secuestradas por las editoriales transnacionales y sus autores. Por eso los premios literarios se otorgan sólo a escritores vivos. Los pocos espacios que nos quedan, a nosotros, se reparten entre cuotas pequeñas de poder y amiguismos. Y nadie levanta la voz porque el hacerlo puede acarrear consecuencias.

Las luchas políticas y culturales van más allá de movimientos como el EZLN, sobre todo para aquellos que no somos indígenas. Eso fue lo que aprendí del Maestro Abelardo una tarde cuando me dijo: “Sí, no soy indígena, pero acompaño a los indígenas.” Ustedes me disculparán, hoy los acompaño.


Gracias.

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