"El momento en el que realidad superó a la ficción". Jesús Alonso Ovejero.
ALTAR
Cada tercer día
—según corroboró una vecina—
los miembros de la banda criminal le rinden culto
al diablo
para que,
entre otras cosas,
los vuelva inmunes a las balas.
No se mueren, es cierto. Pero el demonio
miente
—como dicen los curas fotogénicos en todas las películas
de terror, posesión
y vómitos y flujos variados en colores que ya quisiera
cualquier heladería—
Los balazos les duelen y se pasan
varias noches aullando de dolor.
Luego van por helados.
En realidad,
le digo,
siguen siendo esos niños que se ríen porque los otros
también gritan
pero al final se mueren.
Ángel Ortuño.
CRIMINALÍSTICA
si ves a un narcotraficante,
déjalo ir;
si vuelve es tuyo,
si no, nunca lo fue
Ramiro Lomelí.
Saludos.
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