lunes, 25 de julio de 2016

La historia de la organización cultural Maru No Matsu



Maru No Matsu es una organización cultural fundada en Toluca, Estado de México, en junio de 2001, que tiene como objetivo difundir la cultura alrededor de la animación y la historieta japonesas.

En su primer año de vida, la organización cultural realizó diversas actividades en el Valle de Toluca, en especial, en las instalaciones del Instituto de la Juventud del Estado de México, Causa Joven Toluca, el Teatro de Cámara de Rectoría de la UAEMex y la Biblioteca infantil y juvenil del DIFEM ubicada en la Alameda de Toluca. También, asistió como participante a diversas convenciones de cómics como La Mole, la Tolucom y la TNT Expo.

En 2016, se cumplen 15 años del nacimiento de Maru No Matsu, y para celebrarlos, Héctor “Corneliu Belmont”, miembro del Comité Central, ha organizado el evento Maru No Matsu Kon.

Vale la pena remontarse en los recuerdos.



Antecedentes

En Toluca, el primer club de animación japonesa que existió fue el que organizó el Ing. Pedro Camelo Romero, a partir de 1999, en el Tecnológico de Monterrey Campus Toluca. En dicho espacio, se proyectaron las series Neon Genesis Evangelion, Saber Marionette J, Kimagure orange road y las películas La Princesa Mononoke, Mi vecino Totoro y la conmovedora Tumba de las luciérnagas del Studio Ghibli. Aunque, el club de anime del Tec de Monterrey no rebasaba los cincuenta miembros, logró también realizar conferencias con actores de doblaje mexicanos, lo que promovió el contacto entre los distribuidores de la animación japonesa en México y los aficionados locales.

Siguiendo esta misma idea, las hermanas María de la Luz y Alejandra Mondragón Olvera, propietarias de Animaciones japonesas Kakarotto, la primera tienda de anime y manga en Toluca, organizaron las primeras convenciones de anime y manga en el Valle de Toluca. En septiembre de 1999, se realizó la primera Tokyo Babilon; en febrero de 2000, es un éxito la segunda emisión de la misma; sin embargo, en febrero de 2001, la Tokyo X, fracasa estrepitosamente, llevando a las hermanas a una crisis económica. A partir de esa experiencia, Alejandra Mondragón decide crear la Academia Earthian, en Zinacantepec, lugar en el que se imparten cursos de dibujo y artes marciales, además de la venta de productos relacionados con el mundo del anime-manga-comics-videojuegos.

Tal como señalé en mi artículo “Animación japonesa y shintō”, a partir de julio de 2000, debido a la ola de desinformación en contra del anime y manga, promovida por TV Azteca a través de sus programas “Hechos” y “Hablemos claro”, autoridades religiosas católicas y padres de familia del país exigieron que Televisa ponga fin a la transmisión de series “agresivas” y “pornográficas” como Dragon Ball Z, Ranma 1/2 y Pokémon. A los padres de familia y a las autoridades católicas se les olvidó que, sólo ocho años atrás, la misma TV Azteca había sido quien transmitió una de la series más violentas que se habían visto en las pantallas de la televisión abierta mexicana: Los caballeros del Zodiaco, sin que a nadie le importara. Era claro, entonces, que lo que temían los padres de familia y los jerarcas católicos no era la violencia animada per se sino los mensajes ideológicos que contenían dichas series de anime.

A partir de estos sucesos, y notando la tremenda desinformación que existía sobre el consumo de animación e historieta japonesas, decidí crear un espacio de reflexión en torno al anime y el manga, el “Taller de análisis de animación y manga”, que se desarrolló en las instalaciones del Instituto Mexiquense de la Juventud a lo largo del año 2000, y que también, me sirvió como un proyecto para realizar mi Servicio social. En dicho espacio, convergimos estudiantes de secundaria, de bachillerato y de universidad, logrando crear una comunidad heterogénea, cuyo interés central era la animación y la historieta japonesas.



El nacimiento de Maru No Matsu

En junio de 2001, los integrantes del Taller de análisis decidimos crear la organización cultural Maru No Matsu con el objetivo de difundir no solo los productos de animación japonesa en el Valle de Toluca sino, también, aquellas manifestaciones culturales provenientes de Japón.

Durante los meses finales de 2001, Maru No Matsu desarrolló múltiples actividades entre las que resaltaron los primeros cine-debates universitarios realizados, en coordinación con el Cineclub de la UAEMex, en el Teatro de Cámara de Rectoría. La dinámica de estos cine-debates consistía en explicar algunas características del producto visual que se iba a proyectar, señalar algunos de los mensajes que aparecían en dicho filme, proyectar la animación, y finalmente, realizar un debate con los asistentes, quienes se podían mostrar a favor o en contra de los mensajes presentes en la animación japonesa.




De esta manera, el teatro de cámara de la UAEMex sirvió como un foro para expresar las angustias, las desavenencias y las ideas que provocaban en los espectadores series de anime tan polémicas como Neon Genesis Evangelion, Akira, Ghost in the shell, Battle angel Alita, Perfect blue o Kite. Así, por primera vez en la historia de Toluca, educadores, profesionistas y académicos universitarios asistieron a proyecciones de anime, y reflexionaron sobre dichos productos, otorgándoles un estatus diferente al de simples “caricaturas”.

De esta manera, la organización cultural Maru No Matsu alcanzó sus objetivos: el mito del anime satánico comenzó a resquebrajarse. Gracias a las numerosas pláticas, debates y conferencias que se realizaron, los públicos asistentes se dieron cuenta de que tanto la animación como la historieta japonesas tenían géneros, y que no todos los géneros que existían en el mercado eran adecuados para los niños. Además que la mayoría del anime que se transmitía en televisión abierta estaba dirigido a adolescentes y a adultos.



La mayor parte de los miembros de Maru No Matsu tomaron caminos que los alejaron del mundo del anime y del manga, pero aquellos que hemos seguido en la misma senda recordamos con agrado esa época.


Saludos.

jueves, 21 de julio de 2016

El fracaso cubano visto por Michel Houellebecq



Desde su novela Plataforma (2001):

En aquel país nadie conseguía vivir de su salario. Nada funcionaba bien: faltaba gasolina, piezas de maquinaria. De ahí el lado de utopía agraria que se veía en los campos: los campesinos araban con bueyes, que iban en carreta... Pero no se trataba ni de una utopía ni de una reconstrucción ecológica: era la realidad de un país que ya no conseguía mantenerse en la era industrial. Cuba lograba seguir exportando algunos productos agrícolas, como el café, el cacao y la caña de azúcar; pero la producción industrial había caído casi hasta el nivel cero. Costaba encontrar hasta los artículos de consumo más elementales, como el jabón, el papel o los bolígrafos. Las únicas tiendas bien surtidas eran las de productos importados, donde había que pagar en dólares.

[...]

-Hemos fracasado... -dijo [un cubano] con voz sorda-. Y nos hemos merecido el fracaso. Teníamos dirigentes de gran valor, hombres excepcionales, idealistas, que ponían el bien de la patria por encima del suyo propio. Recuerdo al comandante Che Guevara el día que vino a inaugurar la fábrica de tratamiento de cacao en nuestra ciudad; todavía veo su cara valiente y honesta. Nadie ha podido decir nunca que el comandante se hubiera enriquecido, que hubiera intentado conseguir privilegios para él ni para su familia. Tampoco fue éste el caso de Camilo Cienfuegos, ni de ninguno de nuestros dirigentes revolucionarios, ni siquiera Fidel; a Fidel le gusta el poder, es cierto, quiere controlarlo todo; pero es desinteresado, no tiene grandes propiedades ni cuentas en Suiza. Así que allí estaba el Che, inauguró la fábrica, pronunció un discurso exhortando al pueblo cubano a ganar la batalla pacífica de la producción tras la lucha armada del combate por la independencia; era poco antes de que se marchara al Congo. Podíamos ganar esa batalla perfectamente. Esta región es muy fértil, la tierra es rica y húmeda, todo crece a voluntad: café, cacao, caña de azúcar, toda clase de frutos exóticos. El subsuelo está saturado de mineral de níquel. Teníamos una fábrica ultramoderna, construida con ayuda de los rusos. Al cabo de seis meses, la producción había caído hasta la mitad de su nivel normal: todos los obreros robaban chocolate, en bruto o en tabletas, se lo repartían a su familia o se lo revendían a los extranjeros. Y lo mismo ocurrió en todas las fábricas, a escala nacional. Cuando no encontraban nada que robar, los obreros trabajaban mal, eran perezosos, siempre estaban enfermos, se ausentaban sin el menor motivo. Me pasé años intentando hablar con ellos, convencerlos de que hicieran un pequeño esfuerzo por el interés de su país, y el único resultado fue la decepción y el fracaso.


Saludos.

"Escopeta de caza". Inoue Yasushi.


Sendero del Monte Amagi, en invierno.

"Escopeta de caza" es un poema del escritor japonés Inoue Yasushi, presentado como parte de su novela homónima, que ha sido traducido y publicado en español por Editorial Anagrama:

Con su gruesa pipa de marino en la boca,
un setter corriendo ante él en la hierba,
el hombre subía a grandes zancadas, a comienzos de aquel invierno,
por el sendero del monte Amagi,
y crujía la escarcha bajo sus suelas.

Llevaba en el cinto veinticinco cartuchos,
un abrigo de cuero, marrón oscuro,
una escopeta de Churchill de doble cañón…

Pero ¿de dónde le venía esa indiferencia,
pese a su arma de blanco y brillante metal,
ante el hecho de arrebatar la vida a las criaturas?

Fascinado por las anchas espaldas del cazador,
yo miraba, miraba.

Desde aquel entonces,
en las estaciones [de trenes] de las grandes ciudades,
o de noche en los barrios alegres,
a veces sueño,
me gustaría vivir su vida…
apacible, serena, indiferente.

A ratos cambia la escena de caza.
No es ya el frío inicio del invierno en el monte Amagi,
sino un seco lecho de torrente, pálido y desvaído.
Y la refulgente escopeta de caza,
descansando grávida sobre el cuerpo solitario,
sobre el alma solitaria de un hombre de mediana edad,
irradia una extraña y adusta belleza,
que jamás mostró, cuando apuntaba a una criatura.

Saludos.