sábado, 20 de febrero de 2010

Juan Soto y el estudio psico-social de la pornografía


¿Esto es pornografía infantil? O_O

La Psicología Social se ha instaurado profundamente en mi vida. No sólo es culpa de la redacción de mi Tesis de Maestría de El Colegio de México sino también de haber convivido los ultimos ocho meses con los estudiantes de la Licenciatura en Psicología de la UAEMex a quienes les impartí la asignatura de "Comunicación" tanto en los inter-semestrales como en el periodo de clases normal. ^^

Me disgusta mucho la forma en que los comunicólogos y los sociólogos que abordan como tema de estudio los mass media, nunca se pregunten cuáles son las estructuras socio-políticas detrás de ellos, y mucho menos, identifiquen con precisión los intereses económicos y políticos a los que sirven.

Más aún, me encabrona de sobre manera que aquellos que estudian académicamente los mass media les llamen "medios masivos de comunicación". Los mass media no comunican, ¿por qué los hispano-hablantes les siguen llamando así? >_<

Uno de los aspectos más importantes del estudio psicológico de los mass media son los posibles efectos psicológicos que éstos ocasionan en los receptores de la información. Por supuesto, hay de casos a casos, y esto va en función de cada uno de los contenidos mediáticos, pero existen efectos de carácter social que han sido bien identificados:

1. El impacto sobre el gusto popular
2. El otorgamiento de status
3. La disfunción narcotizante
,
entre otras


Obviamente estos efectos ocurren de acuerdo a la naturaleza comunicativa de los mass media: la televisión es el mass media más narcotizante, mientras que el Internet ha tenido un impacto muy profundo sobre el gusto popular mundial en los últimos años.

Al abordar de manera académica el tema de los imaginarios sexuales y la construcción de los discursos sobre el deseo sexual, siempre me hice la pregunta sobre si la pornografía, es decir, las diferentes publicaciones que muestran de manera gráfica y explícita la cópula sexual o los genitales, pueden ser consideradas como un mass media, y de ser así, cuáles son los efectos psicológicos que causa más allá de fomentar los delitos sexuales.

Buscando información académica al respecto, me encontré los artículos de Juan Soto, un psicólogo social mexicano que le ha abordado de manera académica estos temas:

La pornografía suele definirse como:

"La descripción o exhibición explícita de actividad sexual en literatura, cine y fotografía, entre otros medios de comunicación, con el fin de estimular sentimientos eróticos más que estéticos o emocionales."


Sin embargo, dicha estimulación parece depender más del contexto, de la mirada del observador, de los elementos culturales o de la forma en que son presentadas dichas descripciones o imágenes que de las imágenes o las descripciones en sí. De acuerdo a la definición corriente de pornografía, el presente texto podría ser considerado pornográfico ya que en algún momento se podrán encontrar palabras como pene, vagina, eyaculación, culo, penetración, sexo oral, etc. Lo pornográfico no depende de las descripciones o las imágenes que se presenten, sino de la forma en que aparecen o más bien son presentadas. Si pornográfico es aquello que estimula los sentimientos eróticos, entonces la publicidad de la ropa interior, las fotografías de una familia que se ha ido de vacaciones de verano a la playa, determinadas imágenes religiosas o los libros de anatomía, podrían ser pornográficos ya que nunca podemos saber a ciencia cierta qué es lo que despertarán en el observador.

[...]

Se dice que lo pornográfico se presenta en forma de texto o de imágenes. Que lo erótico lo hace de igual manera, pero asociado a imágenes sugestivas o simbólicas más que a imágenes puramente gráficas, y a la idea de igualdad o de placer mutuo. Se sostiene que la función de la pornografía es la de explotar a la mujer presentándola como mero objeto sexual, no como una persona racional y sensible. No obstante, parecen ser tres las principales definiciones de pornografía: analítica, empírica y la de los sensores (Arcan: 1991, 25). La definición analítica toma distancia con respecto a las explicaciones de corte clínico que, no está por demás decirlo, abundan en el campo de la psicología. La definición empírica es la que hace referencia al mercado, es decir, concibe la pornografía como un producto de consumo. Algo que se pone en circulación porque se vende, se produce y se consume. La definición de los sensores es aquella que establece el estado, los guardianes del orden social, moral y cultural. Aquella que se inquieta por la obscenidad y todos los efectos que considera nocivos para la sociedad. Cada una de estas definiciones opera en diferentes planos de la acción social. Ofrece diferentes versiones del mundo y representa la realidad de maneras diversas. Es decir, cada una de estas definiciones alude a tres modos distintos de ver el mundo y de representarlo.

"Antropología social de la pornografía" en Revista de Antropología Experimental, No. 1, 2001


En Rorikon blogspot, se ha documentado la forma en que los diversos gobiernos del mundo han etiquetado al rorikon manga como pornografía infantil, sometiéndolo a diferentes sistemas de criminalización y censura, siendo que en el mismo Japón, el rorikon manga no es "ilegal", ni "obsceno" ni "pornografico". Obviamente estas definiciones parten, tal como lo explica Juan Soto, de una visión proveniente de las instituciones jurídicas de los estados que implementan la censura, y no de los consumidores o los productores de este tipo de representaciones sexuales.

Por ello, Juan Soto afirma tajante que:

No existe un punto exacto donde podamos decir que comienza o termina lo pornográfico, lo artístico y lo erótico. Las líneas divisorias entre cada uno de estos puntos se trazan de manera arbitraria. Se llega a ellas por convención. Son más simbólicas que reales.

"Antropología social de la pornografía" en Revista de Antropología Experimental, No. 1, 2001


¿Esto es pornografía infantil? O_O

Esta dimensión simbólica es uno de los campos de estudio menos abordados por los investigadores académicos. Explicar el sentido detrás de la imagen pornográfica así como los diversos valores simbólicos que adquiere al insertarse en un círculo de consumo determinado, son aspectos que tanto sociólogos, antropólogos y psicologos sociales han olvidado, o mejor dicho, han preferido desterrar de su escritorio:

Para los “científicos sociales” los materiales pornográficos han sido no algo más que digno de desdén. El cine pornográfico, es uno de tantos. El cine porno es, más que un género narrativo, un género propiamente descriptivo, en el que los aderezos narrativos son secundarios o irrelevantes. Y es un género descriptivo porque el cine porno es, ante todo y sobre todo, un documental fisiológico y atrae precisamente a su clientela por esta condición. El cine porno es, en efecto, un documental sobre la erección, la felación, el cuninlingus, el coito vaginal, el coito anal y el orgasmo (Gubern: 2000, 180). No debe olvidarse, por ejemplo, que todo etnógrafo debe aprender a conocer la censura de la sociedad que estudia, simplemente porque ella es indisociable de una declaración de principios sobre el buen orden del mundo, el estado ideal de las relaciones sociales y el sentido de la vida. La censura es la elección consciente inevitable entre una división entre el bien y el mal al que la sociedad no puede sustraerse (Arcan: 1991, 56). Ante la incapacidad de reconocer los materiales pornográficos como documentales fisiológicos o datos dignos para la reflexión y el debate, los debates científicos en torno a la pornografía se han centrado en otros aspectos que se consideran importantes o dignos de analizar. A los científicos sociales les hace falta hurgar en los oscuros recovecos de la vida cotidiana donde se esconden la pornografía, el erotismo y el arte. Las disciplinas sociales, frente a las nuevas formas de relación erótico – afectiva, han sabido conservar sus buenos modales. Por muchos años, se ha despreciado la riqueza visual de datos producidos en el ámbito de la pornografía. Una y otra vez, las ciencias sociales se ocupan de temas pulcros. Eliminar los yugos del pudor, la moral y el gusto dominante para discutir la pornografía es necesario para ampliar los espacios y horizontes de reflexión y producción que se han creado.

"Discutir la pornografía" en Destiempos.com


Por ello, me parece muy importante difundir el pensamiento de Juan Soto, e invitar a los académicos más jóvenes a que aborden como objeto de estudio los discursos presentes en la pornografía, es decir, las publicaciones y materiales audiovisuales que representan de manera gráfica y explícita la cópula sexual y los genitales.

En el caso de Japón, hallarán la paradoja descubierta por Naief Yehya: la exposición explícita de los genitales está prohibida por las leyes de sensura japonesas, por lo tanto, los temas del porno japonés derivan a situaciones de sometimiento, situaciones agresivas, situaciones fetichistas o el infantilismo presente, por ejemplo, en el rorikon como imaginario.


Saludos.

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