El juicio de la historia es inexorable. Uno a uno, actores políticos y líderes de opinión han ido aceptando que en las elecciones federales de 2006 hubo un enorme fraude electoral que puso en la Presidencia de la República a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
No sé si es culpa del "efecto Obama" o es el hartazgo que se vive al contemplar la incompetencia de los gobernantes, pero la gente se va dando cuenta que Felipe Calderón no puede garantizar el estado de derecho, y que actos terroristas como los ocurridos en Morelia lo prueban.
Ahora que los diputados y senadores están de nuevo en sesión permanente, todos los mexicanos deberíamos demandar la aprobación de figuras jurídicas como el pleibiscito y la revocación de mandato para mandar a la chingada a pendejos como estos cuando no ejerzan su labor de manera efectiva.
Eso debería ser la esencia de un nuevo pacto socio-cultural entre mexicanos: nunca más aguantar a políticos ineficientes, nunca más aguantar violencia e inseguridad pública, y nunca más aguantar que se pisoteé la voluntad popular expresada en las urnas tal como sucedió en el 2006. :)
Señor Magú: ¿verdad que yo tenía razón?, ¿a poco no se vio muy pendejo tirándole mierda al peje? ;)
Saludos.
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